El término “jacuzzi” o bañera de hidromasaje se utiliza para referirnos a un recipiente autónomo, en el que por medio del agua caliente y unos chorros de agua a presión se pretende crear una experiencia placentera para los usuarios.
Existen muchas marcas y modelos diferentes, y si bien hay algunas diferencias entre ellas, en esencia todas las bañeras de hidromasaje funcionan de manera similar.
Básicamente es la parte del jacuzzi encargada de contener el agua y servir de punto de apoyo para instalar los chorros de agua. En muchos casos también se les da forma integrando asientos directamente moldeados en la carcasa.
Fabricadas generalmente con materiales acrílicos o termo-plásticos resistentes a la intemperie, y en muchos casos las empresas fabricantes pueden incluir fibra de vidrio o espuma de poliuretano de alta densidad que ayude a soportar el peso del agua y los usuarios.
Es la zona que alberga los accesorios, calentadores, bombas, etc. con una pequeña puerta que permite el acceso a estos elementos. Sirve también como estructura y proporciona el soporte necesario a toda la bañera de hidromasaje. Pueden ser de madera o también pueden estar hechos con polímeros que resisten bien a la intemperie.
Un serpentín o calentador conectado a una fuente de energía transforma la energía en calor, y el agua se calienta al pasar por el serpentín. Este sistema calentará el agua a la temperatura deseada por el usuario. Es importante poner en funcionamiento el sistema siguiendo siempre las instrucciones indicadas por el fabricante.
Las bombas son las encargadas de hacer circular el agua a través de todo el sistema de la bañera de hidromasaje. Controlan el proceso de filtración del agua y envían el agua a los chorros a presión del jacuzzi.
En función del tamaño del jacuzzi este puede tener dos bombas, una para la filtración y otra para los chorros, o una sola bomba que pueda funcionar a dos velocidades diferentes en función si está filtrando el agua (velocidad baja) o el usuario ha encendido los chorros del hidromasaje (velocidad alta).
El funcionamiento a baja velocidad está controlado por el termostato y el reloj (si la bañera de hidromasaje dispone de este dispositivo).
Con los mandos de control normalmente se puede controlar la velocidad de la bomba, que se encarga de tomar el agua para el filtrado y enviarla al serpentín de calefacción para ajustarla a la temperatura indicada por el usuario.
En general cuanto más lenta sea la velocidad de calentamiento del agua mejor será el proceso de filtración. Aunque por el contrario las bombas que trabajan a mayor velocidad son más eficientes en cuanto a la acción de los chorros del jacuzzi.
Se le llama sistema de filtrado al conjunto formado por la bomba, si solo hay una, o la bomba de baja velocidad si hay dos, y los filtros. Este sistema es el encargado de recuperar el agua de la bañera, filtrarla y devolverla al jacuzzi. Este sistema permite no tener que cambiar el agua con cada uso. En este aspecto un jacuzzi se parece más a una piscina que a una bañera normal. El tiempo requerido para el filtrado de la totalidad del agua del jacuzzi, depende de la eficiencia de la bomba, pero suele estar en torno a las 3 o 4 horas.
Es una parte fundamental del jacuzzi, imprescindible para que el agua de la bañera esté siempre limpia y en buenas condiciones para su uso. Es importante tener en cuenta que este sistema requiere un mantenimiento que debe realizarse según las especificaciones de cada fabricante.
Los sopladores son los encargados de crear las burbujas en el agua. Este tipo de sopladores pueden usarse además de los típicos chorros de aire, pero su uso incrementa considerablemente el gasto de energía eléctrica.
En algunos casos pueden contar con sistemas que calienten el aire antes de crear las burbujas para que no se enfríe el agua de la bañera de hidromasaje.
Son las “estrellas” de la bañera de hidromasaje. El chorro de agua generado por la bomba del jacuzzi junto con el aire sale a una gran velocidad, gracias al efecto venturi, por las boquillas de la bañera creando las burbujas, que pueden ser controladas por el usuario desde el panel de control. Estos chorros son los responsables de las burbujas que masajean el cuerpo y que son capaces de aliviar ciertos dolores musculares.
Las conexiones entre los diferentes chorros y boquillas permiten en algunos jacuzzis que el usuario decida si estas deben funcionar independientemente o de manera simultánea.
Los mandos de control del jacuzzi permiten controlar las diferentes funcionalidades del sistema. Desde estos mandos el usuario puede controlar la temperatura del agua, las bombas, los sopladores y los chorros de agua o jets, y eventualmente luces, sistema de sonido, mecanismos de limpieza y filtrado del agua etc.
El sistema generador de ozono convierte el oxígeno en ozono. Generalmente se pone en funcionamiento junto con la bomba de baja velocidad. La bomba genera una succión que crea una corriente de aire que se envía al sistema de generación de ozono. El oxígeno se convierte en ozono y este pasa al agua.
Este sistema ayuda a mantener el jacuzzi limpio, reduciendo el material orgánico y mejorando la calidad del agua, pero no sustituye el uso de los productos químicos necesarios para mantener una correcta higiene del agua.
Las bañeras de hidromasaje de hoy en día tienen nuevas funcionalidades que las hacen un poco más cómodas y atractivas. Una de estas opciones disponibles en muchos de los jacuzzis modernos son las luces. Luces LED de bajo consumo, que pueden ser controladas desde los mandos de la bañera, desde los cuales se pueden ajustar la intensidad y el color de la iluminación.
Es simplemente un detalle más que añade cierta exclusividad al conjunto, pero también es cierto que puede ayudar a crear un ambiente que facilite, por ejemplo, la relajación. Una pequeña ayuda que aumente el confort y permita disfrutar plenamente de un baño y desconectar al llegar a casa.